Los nietos del Papa

Rock & Roll Dadá desde Paraguay.

Friday, May 25, 2007


El pastor y el lechuguino



Disputaban, por saber,
Un pastor y un lechuguino
¿cuál es tesoro más fino,
la botella o la mujer?
“Aquella” –dijo- “a mi entender
es más sabrosa y más bella...
La botella.



“Cuando, exhausto de fatiga,
bajo un ombú me reclino,
de Baco el licor divino
todas mis ansias mitiga.
Allí es mi mejor amiga,
Mi Sol, mi Luna, mi estrella…
La botella.



“Quien empieza a envejecer
se refocila, imagino,
más en dos cuartas de vino
que en seis cuartas de mujer
por que siempre está en un ser
sin melindres de doncella…
La botella”.



“Calla”, dijo el lechuguino,
“sólo un hombre sin templanza
puede poner en balanza
a las mujeres y al vino:
¿Quién suaviza el cruel destino?
¿Quién da el supremo placer?”
La mujer.



“No hay contento comparado
Con los goces del amor
Ni otra delicia mayor
Que el amar y ser amado.
Es el don más delicado
Que Dios quiso al mundo hacer…
La mujer.



“Sin ellas todo sería
Caos de inmensa tristura
Por que son de la natura
La más perfecta armonía.
Es del hombre la alegría,
Consuelo en su padecer…
La mujer”.



“No siempre”, dijo el pastor,
“Porque salen, camarada,
A estocada por cornada
El fastidio y el amor.
Más mi prenda es superior
Pues no es falaz como aquella…
La botella.



“Cuanto más besos le doy
Más me inflama y enardece
Y, cuando aquel desfallece,
Yo más animado estoy.
Papa, rey, príncipe soy
Sin que me cause querella…
La botella.



“Dama que no pide y da
Grata aún después de gozada,
Cuando la ves más preñada
Tanto más virgen está.
Sin mujer muy bien me va
Por que me suple por ella…
La botella.



“Silenciosa y no profana,
Un tapón tiene su boca
Aunque a celos la provoca
Tal vez cierta dama-juana.
Espera su turno ufana
Y a su rival no atropella…
La botella”.



“Mujer”, dijo el lechuguino,
“Bocado de reyes es,
Pues dice el nombre al revés
De los reyes en latín
Más no conoce un malsín
De cuánto puede valer…
La mujer.



“A nuestros hijos, que humanas
Dan sus cuidados prolijos:
A ver si a ti te dan hijos
Botellas ni damajuanas.
En sus angustias tiranas
Sabe al hombre sostener…
La mujer.



“Tiene el hombre una aflicción,
gime solo y, de repente,
Ve a su amada y luego siente
Tas, tas, tas el corazón
Por que una innata afección
Le dice que es su placer…
La mujer.



En esto se dejan ver
Baco y Cupido abrazados
Y dicen “callad, cuitados
Que no os sabéis entender:
Todo puede complacer
Tomando en medida bella,
La mujer y la botella,
La botella y la mujer.




Versos anónimos publicados en el Cabichuí. Año 2, número 93. San Fernando. 6 de julio de 1868.

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